EL CAMINANTE (LA PLAYA PRIMAVERA)

EL CAMINANTE
(LA PLAYA PRIMAVERA)


El caminante se encontraba cerca de la Playa Primavera, soñaba con llegar ahí y recorrer de punta a punta la playa al atardecer, quizás encontraría a su princesa esperándolo en la arena, para convertir su sueño en realidad.

El locomotor indicó la llegada a la playa, el caminante preparó sus cosas para desembarcar, serian algunos días en este nuevo lugar que seguro le depararía nuevas enseñanzas.

El caminante desembarcó y sin pensarlo mucho se encaminó a la playa, quería ver el azul del mar, por si existía alguna señal de su princesa verdadera, Dios intervino.

Hijo, en los últimos días no he aparecido en tu vida, he preferido dejar que camines y recibas enseñanzas del mundo, de tu entorno, y principalmente de tu corazón, el tiene muchas respuestas, tan solo tienes que escucharlo, y el te hablará como lo hago yo.

Padre, te agradezco todo lo que haces día a día, por permitirme seguir caminando, por mantenerme en pie, por regalarme esta vida y mantenerme en la firme búsqueda de mi princesa.

Hijo, recuerda siempre que tu vida no es solo la búsqueda de una princesa verdadera, ella aparecerá, mientras caminas, mientras aprendes y preparas tu corazón, ella lo estará haciendo igual, y cuando los dos corazones estén listos, se unirán, pues el universo siempre es cómplice cuando dos corazones están destinados a ser uno nuevo.

Padre, pero necesito de ella, mi corazón la reclama, y mi alma esta incompleta, no la conozco pero la estoy amando desde ya.

Hijo, debes tener paciencia, el amor es paciente, y solo cuando los dos corazones están listos para ser uno, solo entonces la fuerza del amor y el universo, se encarga de unirlos, pero esta unión que esta bendecida por el amor, será eterna, pues si fue bendecida por el amor, es bendecida por mi.

El caminante escuchó las palabras de su Dios, ahora debía esperar, caminar por donde el destino lo ordene, sin desesperar, como lo había hecho años atrás cuando por primera vez Dios le revelo su designio.

A la noche siguiente el caminante decidió dar un paseo por la playa, necesitaba pensar y escuchar su corazón, y encontrar respuestas a dudas que aún vivían en el.

Llegó a un lugar despejado, la luz de la luna creaba un reflejo fantástico sobre el mar, una vez más vio reflejada a su princesa, esta vez su rostro era borroso, poco claro, pero sin duda era hermosa.



Luego de unos segundos la imagen se borró del todo y se sintió triste, pues era lo más cercano que había tenido a su princesa verdadera.

De pronto una figura flotando sobre el mar,



Me llamo Betel, y soy la representación de tus miedos y conciencia.

El caminante pensó que estaba soñando o algo parecido.

<> pregunto Betel sin tiempo a nada mas que para preguntar y responder.

El caminante se asombró, sabía a quien se refería el recién llegado,

Nada, no siento nada por ella, Respondió.

Por que me preguntas esto.

<> replicó Betel..

Claro, tu debes saber que si, pues eres la representación de mi conciencia.

Tienes razón, y por eso la pregunta, en ocasiones decimos o expresamos cosas diferentes de lo que sentimos de verdad.

No lo entiendo, dijo el caminante.

A donde quieres llegar con esta pregunta…??

Quiero saber que sientes por aquella mujer, debes aclarar tus sentimientos, debes ser sincero contigo para poder seguir, no debes tratar de sanar, fingiendo que no sientes nada por aquella mujer.

El caminante sintió que la sangre se le enfriaba, sabia que era una pregunta que había evadido, pues se había concentrado tanto en la búsqueda de la verdadera princesa que no se preocupó en cerrar el circulo que alguna vez abrió aquella mujer a quien amó sin limites.

No quiero regresar al pasado, he caminado tanto y hoy solo quiero vivir en el presente.



<>

No lo se, hoy estoy en un estado de gracia, hoy busco a mi princesa verdadera, y es mi prioridad, quiero entregarle todo el amor que he acumulado durante todo este tiempo, quiero encontrarla y decirle que la amo.


Sabes, mi corazón perdonó, y olvidó el daño que me han causado, y hoy estoy agradecido por haber vivido todo esto, pues si no hubiese vivido esta historia como la viví, no seria capaz de amar a mi verdadera princesa como se merece, no sabría que puedo amar a alguien más que a mi mismo, que puedo perdonar y ser feliz, que estoy vivo por que existo….

El angel, interrumpió.

<>

Hubo un silencio denso, tan denso que se lo podía tocar.

Al cabo de unos segundos el caminante respondió

Amo a una princesa verdadera que no se quien es, ni como es, pero sé que existe, que es real, que me amará tanto como yo lo haré con ella, y que seremos felices por siempre.

Aún evades la pregunta, insistió el angel.

No puedo amar aquella mujer, si bien hoy la he perdonado y recuerdo solo lo bueno que viví con ella, pero no puedo amarla, pues no demostró ser mi princesa verdadera, y hoy mi corazón busca algo real que lo haga crecer y que le permita hacer feliz a quien lo ama.

Betel, no contesto, sabia los sentimientos del caminante, sabia que ahora vivía por una princesa verdadera que le había sido prometida por su Dios, que el rencor y el dolor que le había causado aquella mujer ya eran cosa del pasado, que el amor se había acurrucado y se había transformado de amor en esperanza, todo en búsqueda de su sueño.

El caminante guardo silencio al igual que Betel, la noche era impresionante bella, la luna reflejada en el mar, el mar con un brillo casi sublime, y todo era paz.

Betel rompió nuevamente el silencio,

Tu princesa por llegar será digna de tomar tu corazón, seguro la harás feliz por que has luchado día a día por sanar y preparar tu corazón para entregárselo, por que desde ya la amas y ella a ti, por que Dios los creó para que sean uno, y su designio se hará realidad en su tiempo, cuando el universo conspire al ver que los dos corazones están preparados para fundirse en uno nuevo para la eternidad.

Y sin más Betel desapareció…

Había sido un encuentro muy raro, pero el caminante se había acostumbrado a recibir este tipo de mensajes, pues todo cuanto el recibía, estaba seguro que lo acercaba más a su princesa, y no pedía explicación, tan solo lo vivía.



La noche se había alargado y el caminante decidió regresar a su morada, una más en este largo camino, debía descansar y así lo hizo.


“el amor verdadero nos hace capaz de amar al ser amado más que a uno mismo… pues dejamos de ser nosotros para renacer en nombre del amor…. “


JALE

. Bookmark the permalink.

Our Blogger Templates Web Design

About This Blog

About This Blog

About This Blog