EL CAMINANTE (El Alma Renace)

EL CAMINANTE
(El Alma Renace)


El caminante sentía en su corazón una calma inexplicable, el ritual vivido aquella noche había renovado su corazón, su alma estaba renaciendo, y eso lo llenaba de paz que tanto le hacia falta.

El caminante luego de la última charla con Maria, decidió regresar a su morada, durante el regreso, paró un instante en el bosque para ver la noche estrellada, e imaginar a su princesa, su corazón albergaba una paz inexplicable, el perdón verdadero había copado su corazón, y ahora todo se vestía de azul y la felicidad estaba cada vez más cerca, su princesa cada vez era más realidad.

Dios apareció, su imagen en el cielo lo iluminaba todo,

Hijo, has aprendido una nueva lección hoy, tu corazón está sanando como te lo prometí, y tu alma esta renaciendo como fue mi promesa, el tiempo te dará todo lo que para vos fue creado.

Padre, me siento feliz, mi corazón es nuevo y mi alma a sanado por completo, el olvido ha llegado a mi, el dolor ha desaparecido, no está conmigo más.

Hijo, me alegra escucharte tan seguro, y estoy feliz por verte de pie y decidido a caminar, pero ten presente que en la vida existen tentaciones y el olvido no lo es todo.

El caminante no entendió del todo las palabras de su Dios.

Padre, pero debía perdonar a quien me ha hecho daño para poder seguir y encontrar a mi princesa,

Esto lo he hecho, he perdonado a quien debía y mi corazón ha olvidado todo, esta listo para salir en busca de mi amada princesa,

Hijo, tienes razón, tu corazón debe estar sano para recibir a tu princesa, debes haber perdonado y olvidado lo malo que te han hecho, debes ser una hoja en blanco para escribir una nueva historia con tu nuevo amor (princesa prometida), pero no es solo perdonar y olvidar, la vida no es tan fácil como eso, la vida son lecciones que aprender, y eso harás, la vida te pondrá pruebas y las tendrás que superar, tu princesa llegará, cuando menos lo esperes, la encontraras y ella a ti, solo sigue, el camino es largo, tu corazón y alma se han recuperado aparentemente, deberás cuidar que no vuelvan a caer.

Padre así lo haré,

Confío en tu palabra, vos me levantaste como un fénix de las cenizas, me enseñaste el camino a seguir, me entregaste pruebas que me ayudaste a superar, y nunca me abandonaste, padre como no confiar en vos,

Seguiré este camino y encontraré a mi princesa verdadera, esa fue tu promesa y estoy seguro que así será.

Adelante hijo, y se despidió.

El Caminante cerró los ojos por un instante e imagino a su princesa, pero no logró ver el rostro de su amada prometida, tan solo se vio feliz junto a ella, como en un cuento.

El sonido del viento moviendo las hojas caídas de los árboles, hizo regresar a la realidad al caminante.

El retomó su camino hasta su morada, Dios le había hablado una vez más y su corazón estaba lleno de paz, no podía pedir más por aquella noche.

Luego de un día lleno de sorpresas y bendiciones, el caminante decidió descansar.


A la mañana siguiente, Maria pasó por el caminante a media mañana, El ya la estaba esperando, luego de la noche anterior había llegado a querer mucho a aquella mujer que le había enseñado el poder del perdón y del olvido.

Hola, dijo Maria, te he preparado algo.

El caminante agradeció.

Espero que lo sucedido anoche te haya ayudado mucho, es una ceremonia que nos ayuda a reencontrarnos y a deshacernos de lo malo que nuestro corazón alberga.

Me hizo mucho bien respondió el caminante, ha sido algo maravilloso, no sabia que el perdón verdadero podía ser algo tan gratificante.

Nadie lo cree así hasta que lo experimenta.

Eso me pasó a mí, respondió.

Me gustaría caminar por el bosque dijo el caminante.

Claro respondió Maria.

Considero que recorrer la aldea, el bosque y sus alrededores te hará muy bien.

En la mitad del bosque existe la piedra del perdón, es un lugar muy bonito, es algo mágico, puedes ir te gustara mucho.

A tu regreso pasaré por vos, dijo Maria, ahora debo regresar a casa.

El caminante asintió, y con una sonrisa se despidió de ella.

Era media mañana, el caminante decidió salir a recorrer la aldea, tenía muchas ganas de ir a la piedra del perdón, le atraía el hecho de saber si aquel lugar era tan mágico como Maria lo había dicho.

Pero decidió no ir, era mejor dar un paseo tranquilo por el bosque, descansar y disfrutar del aire dulce que solo en este lugar se lo podía hacer.

El caminante mantuvo como rutina el paseo por el bosque, salía todas las mañanas y regresaba al atardecer para dar un paseo con Maria por la aldea.

Maria, una noche, decidió contar al caminante una historia que había ocasionado mucho daño a su corazón.

Quería compartir la historia que alguna vez la trajo de vuelta a este lugar mágico, cuando su cuerpo, alma y corazón estaban hundidos en una oscuridad total.

Quisiera contarte mi historia de amor dijo Maria,

Claro dijo el caminante, me encantaría escucharte,

Alguna vez mi corazón se enamoró de un hombre que pensé era el amor de mi vida, empezó Maria,

Yo creía que aquel hombre era mi príncipe, con el que había soñado desde pequeña, que era el hombre que Dios había creado para mí.

Dejé todo atrás, mi vida, mi familia, mis amigos, mi casa, mis recuerdos, todo por ir tras de aquel amor que me daba vida, pues creo que el amor es entregarse por completo, es romper limites y dejar de ser uno para formar parte de un nuevo cuerpo que fundió dos almas.

El era de una aldea lejana, y fui tras ese amor.

Vivíamos felices, o aparentemente eso creía yo, reíamos, compartíamos todo.

Pero cierto día, las cosas se enfriaron, pero yo creía que podía regresar el calor a nuestro amor, pero esto al final de los días no ocurrió.

El, un día no regresó más, decidió marcharse, lo busqué en las aldeas cercanas, en las lejanas, debajo de las piedras, en sol y el mar.

Mi corazón no daba más, las lágrimas desbordaban aun más el dolor que sentía mi alma y buscaba las razones del por que de su partida.

Me enojé con Dios pidiéndole explicaciones del por que, y el nunca me respondió.

Pero cierto día, cuando ya mi vida no daba más, el regresó, tenia tristeza y rabia por que me había abandonado, pero la felicidad de tenerlo de regreso era mayor a todo sentimiento de reclamo que podía sentir.

Gracias por regresar le dije, te estaba esperando.

El tenia el rostro rígido, no contestó nada.

Inmediatamente percibí que no había regresado por mí.

Regresé a explicarte, lo que sucedió. Dijo el.

Yo solo lo escuché

Debí marcharme, pues encontré a alguien más, mi amor por ti ya no era el mismo y decidí seguir el camino con otro amor.

Ya no te amo, fue lo ultimo que escuché

Yo me sentí morir, tan solo atiné a correr, quería dejar todo atrás.

El bosque fue mi confidente y refugio por una semana, ahí luché por reencontrarme y coger fuerzas para seguir, sabia que no podía morir por aquel amor que no merecía mi sufrimiento, era difícil hacerlo, pero debía.

Dios una noche apareció en mis sueños, y me ordenó regresar a villa del olvido, pero no quería hacerlo, había dejado mis amigos, familia y no sabia si ellos me recibirían y ese miedo me agobiaba, pues no quería sufrir una nueva decepción.

Pero un día, mi corazón sufrió un dolor terrible, y sentí la necesidad de regresar a mi hogar, pues si bien tenía miedo al rechazo, también sabia que los amigos verdaderos y la familia, siempre van a estar ahí para apoyarnos.

Y así lo hice, al regresar, mi familia y amigos me dieron todo el apoyo y me ayudaron a olvidar y a perdonar, sanaron mis heridas, y entendí que tan solo puedo estar segura del amor que siento por otra persona, más no de lo que el siente por mi, y que no esta mal intentar y dejar todo por el amor, esta mal hacerlo por quien no lo hace igual por vos.

El caminante escuchaba impresionado la historia de Maria, era una historia de amor triste como la que le había tocado vivir,

Le había impresionado escuchar sobre el dolor que había sentido en su corazón, el lo había sentido un par de veces días atrás y no entendía del por que.

Maria yo he sentido el dolor en mi corazón, por que preguntó el caminante.

El corazón envía una señal a través de aquel dolor, grita que necesita sanar, el rencor ha colmado gran parte y necesita deshacerse de lo malo.

Por eso decidí regresar a la aldea, acá encontraría lo que mi corazón necesitaba.

El caminante lo había entendido todo, a partir de la ceremonia del perdón su corazón era un ser nuevo, lleno de felicidad y amor por entregar, y el dolor había desaparecido, todo tenia una razón dijo para si.

Gracias por compartir tu historia conmigo dijo el caminante, el dolor que provoca un falso amor es impresionantemente grande, pero solo a través de Dios y el perdón esto puede pasar y nuestro corazón sanar para seguir el camino.

Seguro un amor verdadero encontraras dijo el caminante, alguien que te ame como seguro tu lo harás con el, y hoy con lo aprendido y con la dirección de nuestro maestro, sabrás cuando es el momento exacto para la llegada de este amor.

Maria sonrió, y dijo,

Gracias, también se que encontraras aquella princesa verdadera que Dios creó para vos, aquella mujer con quien sueñas compartir tu vida y entregarle tu corazón, solo ten presente que tiene que ser en el momento exacto, cuando ella este preparada y vos igual, solo así, la historia será la prometida.

El caminante entendió lo dicho por su maestro, no solo el tiene que estar preparado, sino también su princesa, en ese preciso instante el encuentro se dará.

Gracias Maria, dijo el caminante, eres una mujer maravillosa y tus palabras están llenas de sabiduría, gracias por entregarme cada una de ellas.

Era tarde y decidieron regresar, al día siguiente el tren partiría al medio día, y el caminante aún quería visitar la piedra del perdón.

Regresaron, y se despidieron, agradeciéndose por escucharse.

Al día siguiente el caminante muy temprano salió de su casa rumbo a la piedra del perdón, había escrito un par de líneas para su princesa verdadera, y quería dejarlo en aquella piedra, para algún día regresar con su princesa y mostrarle lo que había escrito la noche anterior sin conocerla, pero la amaba desde ya.

Y así lo hizo, llegó a aquel lugar, todo era maravilloso, existía una paz indescriptible, el caminante se paró enfrente de la piedra y pronunció una oración.

Luego, justo al frente de la piedra cabo un hueco, no tan profundo, y enterró la hoja, donde había escrito lo que le entregaría a su amada princesa, la hoja estaba en un sobre, y debería salir a la luz, el día en que regrese junto a la mujer que Dios había creado para el.

Luego de esta mágica visita, regresó a la aldea, debía preparar sus cosas para continuar en el tren de la espera, este partiría en poco tiempo,

Maria lo estaba esperando, debes partir le dijo ella.

Así es dijo el caminante, pero sé y estoy seguro que regresaré junto a mi princesa verdadera, y espero que a mi regreso estés junto a tu verdadero amor.

Gracias dijo Maria, lo acompañó hasta el tren, al despedirse le dijo, espero tu corazón haya sanado, y tu alma haya renacido.

Eres un hombre bueno que merece encontrar a una verdadera princesa, que ponga color a tus días y te ame como tu la estas amando desde ya.

El caminante con un beso en las manos se despidió y abordo el tren.



“Un amor verdadero busca la felicidad y ama sin medida…. Se entrega sin limite solo por saber que aquel ser a quien ama, es feliz”

JALE

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