Archive for marzo 2009

EL CAMINANTE

EL CAMINANTE

(EN BUSQUEDA DE LA PRINCESA VERDADERA)






JAIRO ANDRES LOAIZA ESPINOZA
(JALE)




EL

CAMINANTE







Para mi familia que estuvo siempre junto a mí en la etapa más difícil que me ha tocado vivir,
Para mis amigos, sus concejos y apoyo llegaron a tierra fértil, gracias.
Para aquellos soñadores que anhelan encontrar su princesa.
A mi maestro, gracias por guiar mi andar, y enseñarme las lecciones más importantes que pude aprender en mi vida.
Para vos amor de mi vida, gracias por ser la inspiración de mis días, sin conocerte se que existes, y que serás mi princesa eterna. Te amo.

JALE





El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá
Tener amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso, grosero o egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo todo.
El amor es paciente y benigno; el amor no tiene celos ni envidia; el amor no es presumido ni vanidoso;
no hace nada indebido, ni es egoísta, irritable o rencoroso;
no se alegra de la injusticia, mas se alegra si triunfa la verdad.

Epístola de San Pablo a los Corintios 13: 4-13

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EL CAMINANTE (EL AMOR VERDADERO NUNCA SE VA)

EL CAMINANTE
(EL AMOR VERDADERO NUNCA SE VA)


Cierto día en un mundo no tan lejano, no tan lejano como se podría creer, existía un caminante, que soñaba con cada paso que daba, con cada día que vivía, con cada noche que caía.

El caminante buscaba un sueño que un Dios le había confesado, a través de sus palabras, le había dicho que a su vida llegaría una princesa, que alegraría sus días, sus noches, su existir y el, la de ella, y seria su compañera de vida hasta la eternidad, y que llegaría en el momento preciso y nunca se iría, pues el había escrito la historia de los dos, para que sean uno solo al final del camino.

El caminante sintió miedo cuando Dios revelo su designio, pues nunca se imagino que iba a tener la fortuna de compartir su vida junto a una princesa, y más aun la dicha de que el sueño sea para siempre, hasta que el camino termine y sean viejitos y ya no puedan caminar más y solo les quede cuidarse el uno al otro, aún más.

El caminante, recorrió muchos lugares, muchos caminos, en busca de su princesa, pero nunca se desesperó, pues Dios le había dicho, que ella llegaría cuando menos lo espere y que tendría que tener calma, pues ella había sido creada para el y el para ella, para ser felices en esta vida, y en la eternidad.

El caminante preparó su corazón, se preparó para su princesa, con amor, guardando su felicidad, para cuando la necesite en tiempos de tristeza, sacarla y regalársela a su princesa, cuando haga falta, y nunca verla triste.

El caminante llegó a muchos pueblos y encontró muchas doncellas, muchas princesas, muchas hechiceras, muchas damas, muchas mujeres, una de ellas trato de conquistarlo pero el esperaba a la princesa prometida y siguió su camino, las mujeres que encontró en los pueblos a los que llegó nunca llamaron su atención, pues el esperaba su sueño se haga realidad, por designio de su Dios.

El nunca se enamoró, en toda su búsqueda, nunca su corazón se desvió de su destino final, pues el miedo de encontrarla se fue convirtiendo en ansia de verla y abrazarla y vivir su sueño hecho realidad, por la eternidad.

Al iniciar cierto año, una princesa de un pueblo que el caminante había visitado años atrás, le dijo ser la mujer que Dios había preparado para el, para vivir junto a el por el resto de la vida, que había sido creada para cuidarlo y para ser cuidada por el, y que desde ese momento el dejaría de ser un caminante para ser un príncipe, su príncipe.

El caminante no lo podía creer, había llegado la mujer prometida por su Dios, aquella mujer que había conocido en un pueblo lejano años atrás, aquella era su princesa, era su princesa y no lo podía creer.

Sin embargo el caminante se sentía inseguro, por que no lo supo antes, por que su Dios no lo reveló cuando la vio por primera vez y espero tanto tiempo para revelar a la mujer de su vida, el caminante ahora un príncipe, le pedía explicaciones a su Dios, y el no respondía, solo aguardaba el momento exacto.

El nuevo príncipe sentía que su vida había cambiado, que todo era felicidad, y la soledad ya no seria más su compañera de camino, pues todo su corazón era ocupado por el amor de su princesa, la única, la de siempre, la que siempre espero y hoy era realidad.

Los años pasaron y todos los admiraban por el amor que se profesaban, por el amor que ella tenia para el y el para ella, los reinos vecinos trataban de destruir este sueño, pero no había nadie que lo lograse, pues el amor, decía el príncipe, es más fuerte que todo, y cuando se ama de verdad, todo se puede superar se lo repetía a su princesa amada.

El príncipe, trató siempre de hacer feliz a su princesa, en tiempos de tristeza saco la felicidad que había guardado en tiempos de alegría para verla feliz, en momentos difíciles siempre trató de cuidarla y protegerla, no permitiendo que a su princesa le hagan daño, el príncipe a pesar del paso del tiempo, sentía que el amor crecía cada vez más y que el amor por ella era infinito, capaz de superar todo cuanto le podía afectar, pues le decía a su princesa, que el amor es superar los obstáculos con más amor, pues solo es perfecto su Dios.

Pero el tiempo cada vez fue siendo más duro y el príncipe seguía pidiendo explicación a su Dios, y este no aparecía, pero el estaba seguro que estaba viviendo su sueño y con eso bastaba, pues nunca más le haría falta nada.

El príncipe siguió su vida feliz, o por lo menos eso creía el, pues sentía que algo faltaba, que algo no estaba bien, su princesa ya no era la misma, su sueño ya no era tan feliz como al inicio, pues empezó a ver que su princesa entristecía y lloraba a menudo, sin un por que aparente, esto entristecía al príncipe, quien al ver al amor de su vida llorar, también lo hacia, pero para sus adentros y en silencio.

El príncipe empezó a sentir que el amor que ella le entregaba ya no era el de antes, aun así el príncipe siguió con su princesa, pues era su sueño hecho realidad y pelearía por ella, y pensaba que esta etapa seria superada por el amor que ambos se profesaban, pues el amor se repetía, todo lo podía,

Pero el príncipe se sentía confundido, pues su Dios seguía sin aparecer, y lo que lo mantenía en el camino, era el amor que había llegado a tener por aquella mujer, que la había convertido en la princesa de su corazón, pues junto a ella todo tenia una razón de ser.

Cierto día, la Princesa viendo a su príncipe confundido, pues la vida ya no era igual que al inicio, la felicidad acumulada se estaba terminando, los momentos felices escaseaban, los días tenían problemas, el príncipe no tenia la fuerza de antes para solucionarlos, las palabras dulces ya no eran las de antes y solo existían frases que herían el corazón de ambos, la princesa decidió seguir sin el, y buscar un nuevo sueño, un nuevo príncipe, la princesa se fue sin el, rompiendo el sueño sin un por que, solo se fue.

El príncipe no podía creer lo que estaba sucediendo, pues su princesa, se estaba marchando de su lado, marchando para no volver más, el príncipe logró hablar por pocos segundos con su Dios y El le dijo al caminante, hijo no olvides nunca que las cosas siempre pasan por algo, que todo esta escrito, al final del camino veras la luz, y solo entonces sabrás si aquella mujer es tu princesa de verdad, solo al final sabrás si aquella mujer que amas con tu vida es la mujer que hice para vos.


El príncipe derrotado y en un pozo sin fondo, se sentó a esperar y ver la luz, pero la luz no llegaba, sentía que era su culpa por dejarse derrotar por el día a día, por los problemas, y dejar que el amor de su vida se vaya, el príncipe reaccionó y trató de detenerla, pero ella no quería regresar más, repetía que era tarde, y no podía seguir con el, pues su corazón se llenó de rencor sin un por que aparente.

El príncipe desconcertado por el rencor de la princesa, pidió explicación a su Dios,

El respondió una vez más, al final veras la luz, y todo pasa por algo,

Y el príncipe contesto, pero el amor siempre lo supera todo mi Dios, por que ahora no..?, mi amor siempre lo pudo todo, por que el amor de ella no ?,

Dios no respondió más, prefirió callar.

El príncipe derrotado, trato de retomar su vida de caminante, su vida, la de antes, la que existía antes de su princesa, que ya no era más la suya, decidió iniciar el camino ya sin ella, aunque la amaba con su alma, no podía quedarse a morir sin luchar, sin vivir, aunque sin ella parecía imposible seguir, pero lo debería intentar.

Al los pocos días que su “princesa” se había marchado, el caminante llegaba a un pueblo cercano, en el cual volvió a ver a su princesa, pero esta vez con otro caminante, el príncipe sintió morir, pues su princesa luego de tanto amor, de tanto compartido y vivido, reconstruía su vida, destruyendo el sueño de aquel caminante que la había amado con su vida, de su “príncipe” , destruyendo el sueño de ambos, de la vida juntos, mataba un amor y el caminante no encontraba explicación de lo que sus ojos eran testigos y del por que su corazón era destruido.

El caminante se acercó a quien días atrás había sido su princesa, la miró y ella lo reconoció, pero ella siguió su camino con su nuevo “príncipe”, pero el caminante en ese preciso instante tan fugaz, en el cual se cruzaron sus miradas, vio en los ojos de su “princesa” que nunca fue lo que el pensó, que nunca fue una princesa, que tan solo fue una hechicera, una aprendiz que lo desvió del camino de su verdadero amor, y que solo llegó a su vida para recibir amor, para poder seguir viviendo, un poco más, pues su alma estaba vacía por el odio que albergaba en su corazón, y nunca podría ser feliz ni hacer feliz a nadie, mientras no olvide el pasado y decida desterrar el odio de su alma, no podría vivir en paz., por eso necesitaba amor que llene su vació corazón y su triste alma, necesitaba amor para extender su existencia, y había utilizado al camínate para lograrlo y el había quedado enamorado, y solo nuevamente con su compañera la soledad.

El caminante descubrió que su princesa no había sido tal, solo seria alguien que debía dejar en el pasado, pero que la debía perdonar para esperar a su princesa de verdad, a su amor para la eternidad.

Dios volvió a la siguiente noche de lo sucedido y le dijo al caminante, ahora sabes que el verdadero amor nunca se va, el verdadero amor lucha siempre por el amor, por la felicidad, lucha para lograr el bien, y no es falso ni aparente, el amor de verdad se entrega y no se lo busca, no odia y lo supera todo, tu verdadero amor esta por llegar y lo recibirás para siempre, esta vez la mujer por llegar será la verdadera princesa, la princesa que hice para que comparta tu vida y te haga feliz tanto como vos la harás a ella, como la hiciste con aquella aprendiz que te enseño con dolor que el verdadero amor nunca se va.


“Hasta siempre aprendiz de princesa…….”

JALE

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EL CAMINANTE (HAY QUE SEGUIR)

EL CAMINANTE
(HAY QUE SEGUIR)


El caminante luego de la enseñanza de su Dios, decidió seguir el camino, y regresar a su villa la paz, donde fue recibido por la gente que más lo quería, y que estaban ahí para ayudarlo a sanar sus heridas, escuchar su historia y aliviar su alma y corazón, que aquella falsa princesa había dejado sin vida.

El caminante seguía triste, pues había escuchado a su Dios, y aceptado el consejo, pero era difícil poder practicarlo, pues cuando se ama como lo estaba haciendo el caminante, todo consejo puede ser una gota más en el mar.

El caminante recibió también los consejos de su familia y amigos, quienes coincidían con el consejo que había entregado Dios al caminante, pero el dolor no pasaba el olvido no llegaba.

Dios volvió a conversar con el caminante una vez más para entregar sus consejos y poder aliviar el alma errante del caminante, Dios sabia que aquel caminante era un hombre bueno y siempre mereció lo mejor, pero también sabia que debía probar de lo malo, para cuando llegue la verdadera princesa, valore aun más la bendición que le seria entregada y aprecie la enseñanza más grande que debió aprender con dolor, el amor verdadero nunca se va.

Dios sabia que la princesa que llegaría, seria eterna, pero solo el seria capaz de verla y recibirla, pero esto solo seria así, si antes acepta la lección y olvida el rencor por aquella falsa princesa, dejando que la vida continúe, solo entonces podría encontrar y recibir a la compañera de vida, a la única princesa.

El caminante vio nuevamente a su Dios junto a el,

Señor es muy difícil seguir, fue lo primero que dijo el caminante,

Lo se, le dijo Dios, es muy Difícil cuando se ha amado con todo lo que se tiene a alguien que no lo hizo igual, es muy difícil ver que el amor quedó en el vació, y que todo terminó y no existe salvación, hijo lo sé.

El caminante no entendía las palabras de su Dios, pues estaba aceptando lo duro que era su situación, el caminante volvió a preguntar,

Mi Dios, pero como puedo seguir, mi alma esta desnuda y mi corazón no siente nada.

Dios respondió, Hijo, es difícil, te dije, pero debes seguir, mi designio fue que tendrás una princesa, una mujer que te va amar como tu lo harás con ella, como ya lo hiciste, y serás el guardián de esa historia, serás el guardián de tu propio paraíso, paraíso que lo compartirás con una princesa de verdad.

La charla continuó, pero como la encontraré maestro, pregunto el caminante,
La encontraras respondió Dios, solo tienes que dejar el pasado y seguir con tu vida, ella te estará esperando, en algún camino, en algún lugar, donde ella te verá y tu lo harás igual, y en ese momento, sabrán que la historia fue escrita para que sus caminos se crucen y sean uno solo, sean príncipe y princesa, y vivan un sueño verdadero.

El caminante seguía incrédulo, pues el amor que sentía no lo dejaba ver la realidad, pues el creía que estaba en un sueño que se había tornado en una pesadilla y que pronto despertaría y seguiría con aquella “princesa” que había conocido años atrás, y todo seguiría siendo felicidad, como meses atrás lo había sido, despertaría y ella estaría a su lado y el junto a ella, como siempre, viviendo el día a día, luchando por sus sueños y no muriendo por ellos.

El caminante sentía aún amor infinito por aquella aprendiz, que había tratado de hundir su alma en una larga oscuridad, aún la amaba con su vida, y sufría por aquello, pues su corazón no entendía de razones y consejos que llovían sobre el, lo único que tenia claro es que adoraba aquella aprendiz que para el era aún su princesa, en su corazón no existía más espacio que para el amor que sentía por aquella mujer.

Dios insistió, hijo la princesa que fue creada para vos te esta esperando, debes seguir, yo guiare tus pasos, no tengas miedo, nunca te abandonaré, la princesa también te necesita, pues la mitad de su “yo” para estar completa, eres vos, y necesitas completarla como ella lo hará contigo, debes seguir hijo mío, dijo Dios, no debes desviarte de tu camino, aquel camino que seguiste meses atrás, era un callejón sin salida, lo descubriste a tiempo, aquella mujer que te acompañó no es una princesa, te lo demostró con dolor y debes aprender la lección, debes estar feliz porque ahora conocerás a la princesa de verdad, que no te hará daño como lo hizo aquella mujer, que te demostró el significado del amor de verdad, hijo adelante, debes seguir, sentenció Dios.

El caminante, hizo caso a su Dios, amaba aquella mujer que recorría ya otro camino pero debía seguir, debía iniciar un nuevo camino donde encontraría a su princesa de verdad, el caminante decidió seguir, sabia que era muy difícil, una montaña muy alta por escalar, pero debía hacerlo, los sueños aguardaban, y la princesa lo esperaba al otro lado para ser felices.

Preparó sus cosas para partir la mañana siguiente, el caminante tenia en su corazón una mezcla muy grande de sentimientos que debía aclarar, fantasmas que debía vencer, y miedos que debía superar, el caminante tomó lo suyo y partió, la estación la soledad lo esperaba para abordar el tren de la esperanza, juró no regresar más, su destino solo el destino lo sabia, donde buscaría iniciar su nuevo camino.

El caminante abordó el tren y dejó atrás la soledad en busca de la felicidad, en busca de un nuevo sueño que le regrese la vida, y principalmente en busca de la princesa prometida, que seria la verdadera princesa quien si merecería su vida.



“Cuando se ama de verdad, se es capaz de escribir un nuevo destino solo por estar con el ser que se ama…”

JALE

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EL CAMINANTE (EL TREN DE LA ESPERANZA)

EL CAMINANTE
(EL TREN DE LA ESPERANZA)


El caminante abordó el tren de la esperanza, se despidió de los suyos con una sonrisa que aún era triste, pero con esperanza de que este sentimiento pronto desapareciera.

El caminante esperaba a que el tren parta, sentado al lado derecho, por su ventana veía recuerdos que aun le hacían daño pero sentía que Dios estaba a su lado, iba ser su compañero de travesía, así lo había prometido y eso lo tranquilizaba.

El tren partió, el caminante no sabia cual seria el destino, tan solo debería seguir las señales que Dios le mostraría, debía estar con un corazón sano, antes de encontrar a la princesa, para esto debería recorrer muchos lugares y recibir enseñanzas que sanarían su corazón, el cual debía entregar a la princesa verdadera, quien lo recibiría para cuidarlo, y entregaría el suyo para que el caminante lo haga igual.

El tren partió rumbo a un pueblo cercano, que el caminante alguna vez lo había visitado, el caminante sintió miedo, pues los recuerdos malos podrían regresar y el dolor estaría de vuelta.

Pero Dios hablo: hijo la primera lección que debes aprender es que debes afrontar lo que sucedió, eres un hombre fuerte y bueno, y el pasado es tan solo eso, PASADO, no es un terreno fértil donde puedes pisar, los recuerdos solo te servirán para ver los errores y poder enmendar, los recuerdos en su momento regresaran pero no te harán más daño.

El caminante luego de las palabras de su Dios, decidió no responder, pues esa enseñanza la había aprendido años atrás, pero hoy la había olvido, y quien si no su maestro para recordársela.

El caminante decidió afrontar los recuerdos, pero en el campo del presente, pues el pasado no servia de nada, los recuerdos fueron llegando uno a uno, pero estos no lograron su objetivo, ya el daño que habían logrado meses atrás hoy les seria imposible repetirlo, el caminante estaba firme en su decisión de seguir, con la compañía de su maestro, todo mal seria desechado.

El caminante había superado la primera lección, en su camino hacia su recuperación, en la búsqueda de su princesa real.

Dios le habló al caminante por unos segundos, Hijo, eres un caminante bueno, las lecciones moldearan tu corazón, el pasado ya pasó y ahora el camino es tuyo, el presente esta aquí, moldéalo para que tu futuro sea el ideal.

El tren pasó por aquel pueblo que le trajo recuerdos, pero los supero como un guerreo de la luz, no odiando el pasado, sino aceptando y aprendiendo de los errores que en aquellos días cometió.

El tren siguió rumbo a otros lugares, pasó por lluvia y sol, calma y bulla, pero el caminante sentía algo en su corazón, ya la calma estaba llegando a el, pero así también sentía que su pasado por alguna rara razón estaba por regresar al presente, pidió consejo a su maestro

Pero Dios tan solo dijo, debes esperar y estar listo para las tentaciones que vendrán.

El caminante por un momento sintió miedo, pues no entendía del todo las palabras de su Dios, pero decidió esperar, el primer día había concluido y la primera lección con el.

Los días fueron transcurriendo, el caminante conoció muchos lugares, muchas personas, que contribuyeron en su recuperación y enseñanza, entre ellas existían personas que sabían de lo ocurrido con el caminante, quienes se acercaron para hablar con el, pero el caminante prefirió evitar el tema, lo intentaron varias veces y una de ellas lo consiguió, el caminante era incrédulo de lo que aquella mujer decía, pues hablaba de la falsa princesa, aquella mujer a quien el caminante había amado con su vida, había sido quien había derramado maldiciones y ofensas sobre el, todos los pueblos habían sido testigos de las historias que la aprendiz se había encargado de hacer creer a los que no conocían realmente al caminante, solo ofensas salían de la boca de aquella aprendiz hacia el caminante, pero la gente que lo conocía, tan solo despreció aquellos comentarios, pues conocían al caminante, y más aun conocían quien era realmente aquella mujer y nunca le creerían nada.

El caminante por un momento sintió que su corazón nuevamente era herido, se sentó en el rió de aquel pueblo donde había arribado el tren, lloró una vez más, esta vez ya no por el amor que sentía por aquella mujer que nunca correspondió, esta vez las lagrimas eran por no saber, si lo vivido con aquella mujer había sido real o un sueño, pues no podía comprender como alguien, que el sintió tan bueno, hoy puede ser tan malo y solo hacer el mal, el caminante sentía que lo vivido durante todo aquel tiempo solo fue un sueño y que todo fue un triste sueño, nada fue real, pero Dios intervino una vez más.

Hijo, esta es tu segunda lección, te dije que tendrás tentaciones, las cuales deberás superar,

Pero padre, respondió el caminante, por que más tentaciones, yo he seguido mi camino, no he regresado mi mirada hacia atrás, me desprendí de su vida como me lo pidió, por que hoy recibo de aquella mujer y de los suyos este tipo de agresiones, maldiciones, ofensas y más mentiras, solo quiero la tranquilidad que este camino me da.

Hijo, continuó Dios, en el mundo hay buenos y malos, estos últimos que mal llaman malos, no son más que buenos, que están confundidos, que viven una lucha interna por salir de su confusión, pero que solo lo harán cuando vean en su corazón que el mal no lleva a ningún lado, y que odio es tan solo la alegría de los villanos y acomplejados.

Hijo las maldiciones que te puedan decir en mi nombre o en nombre de quien sea, no te afectaran, porque lo que yo quiero para vos ya fue escrito y llegará para tu bien, hijo el daño de una maldición radica en la tristeza que pueda sentir el corazón de quien maldice, pero el daño será en corazón propio, mas no en ajeno, hijo el camino es largo y debes seguir, aquella mujer y los suyos tendrán más pruebas para vos, tan solo tienes que ser sabio para no caer en la tentación, del odio, fanatismo y rencor, yo puedo ser
nombrado de tantas maneras y pueden hacer el mal, usando mi nombre, pero hijo, si vos tienes amor en tu corazón estaré contigo siempre, todo aquel hombre que haga el bien y tenga amor para entregar, estará conmigo, sin importar con el nombre que me quiera llamar, soy uno solo, pero soy amor no odio.

El caminante seguía a orillas del rió azul, las lagrimas se confundían con la vida de aquel rió que era testigo junto a Dios de lo que sentía el caminante,

Dios le dijo, Hijo, adelante, el tren está por partir, esta es tu segunda lección, aún queda tiempo y mucho por aprender, debemos seguir.

El caminante vio que su tren se disponía a partir una vez más, ahora hacia un lugar nuevo que de seguro le traería nuevas enseñanzas, nuevas experiencias, y que no las podría dejar ir, pues seguro en una de esas podría tener la oportunidad de conocer a la princesa verdadera, que seria su compañera de vida para la eternidad.

El caminante se levantó de la orilla del río azul, aquel amigo que junto a su Dios fue testigo de la segunda lección de vida, enseñanza que el caminante debería aprender para poder seguir el camino, rumbo a su destino final, su princesa.

La última lección había sido muy dura para el caminante, pues el aún no comprendía el por que la vida tenia estos devenires, que lo habían dejado sin piso, sin saber si lo vivido fue real o tan solo un sueño hermoso que tuvo tan solo un final triste, Dios observó el regreso del caminante hacia el tren, el río quedaba atrás, esperando verlo de regreso con su sueño hecho realidad, para ser testigo ahora de la unión de dos seres que fueron creados para ser uno solo, para ser felices de verdad, para regalarse amor verdadero.

Dios Sabia que la ultima lección no había sido comprendida del todo por el caminante, e intervino un instante antes de abordar el tren,

Le dijo, hijo, se que tu corazón aun esta afligido, y es normal, aquel que llora no deja de ser valiente, lo deja de ser si no decide seguir y se rinde sin luchar,

Padre lo sé, respondió el caminante, he caminado mucho hasta estar aquí, y lo seguiré haciendo hasta encontrar mi destino, tan solo hoy no entiendo del por que los seres humanos pueden pasar de amor al odio, no se como un ser humano puede odiar en tu nombre, como alguien que ama puede hacer daño, padre no lo entiendo.

Hijo, no trates de comprender la vida, solo vive, y busca la felicidad amando y haciendo el bien, no pienses en lo malo, las tentaciones estarán siempre en la vida, por ahora tienes una muy fuerte, que la estas superando de apoco, no debes caer en el mismo error de aquellos que odian en nombre del amor, que maldicen en mi nombre, mis enseñanzas te dirán que hacer, yo nunca te abandonaré, debes ser feliz hoy más que nunca, que solo tienes tentaciones en tu vida y ya no una cruz que no era la tuya pero que decidiste cargar en nombre del amor.

El caminante entendió la segunda lección, el amor no es odio, y este ultimo solo daña el corazón de quien lo tiene, Dios es uno solo, en cualquier religión, pero Dios es amor no odio, y lo más importante, las tentaciones de los malos (buenos confundidos) siempre estarán, solo hay que ser firmes y seguir en busca de nuestro destino final, el caminante sabia que su destino final era su princesa verdadera y se prometió luchar con todo para lograrlo.


“El odio y el fanatismo no llevan a nada, tan solo amargan más el corazón de alguien que de por si esta enfermo…..” JALE



JALE

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EL CAMINANTE (EL VALLE DEL OLVIDO)

EL CAMINANTE
(EL VALLE DEL OLVIDO)



Las enseñanzas de Dios habían sido muy difíciles de entender para el caminante, pero sin embargo las había aceptado, y las haría reglas de vida.

El tiempo fue pasando, los días transcurrían, en el tren todo era igual, el tiempo pasaba inexorablemente y el caminante no entendía del por que Dios no le entregaba una nueva enseñanza, que le permita seguir sanando su corazón, que si bien se estaba recuperando, pero aún necesitaba completar la tarea.

Dios observaba al caminante sin que el perciba que lo estaba haciendo, Dios analizaba y cuidaba cada uno de los pasos que el caminante daba, el maestro quería que el caminante tenga un tiempo solo, sin lecciones aparentemente por aprender para que analice todo el camino que había recorrido.

Cierto día el caminante despertó con una duda muy grande, quiso comentársela a su Dios, pero prefirió llegar a una conclusión propia antes de hablar con el.

El caminante se despertó del todo y se dirigió hacia el final del tren, donde se permitía ver el bello paisaje del valle del olvido que por aquellos días recorrían.

El caminante tomó una tasa de mocaccino y empezó a analizar su duda, si bien su maestro le había permitido regresar al pasado, pues también sabia que lo debía hacer con mucho cuidado, y librar esta nueva batalla en el campo del presente sabiendo que el pasado no es un terreno fértil y que solo nos sirve para enmendar nuestros errores.

El caminante empezó a recordar a la mujer que tanto amo, aquella que la hizo su princesa, y por un momento sintió miedo de regresar al pasado, a revivir aquellos momentos que casi lo destruyeron, miró el horizonte y vio dibujado el rostro de aquella mujer en la montaña del perdón,

Dios apareció junto a el, y le dijo, hijo si crees que esto te hará bien adelante, tienes el libre albedrío para hacerlo, solo piensa que cada paso que des, debe ser un paso firme y seguro, y en un terreno fértil.

El caminante no había entendido las palabras de Dios, quiso preguntarle de vuelta a su Dios pero ya había desaparecido.

El caminante volvió a su duda, por que se termina una relación cuando hay amor, que significa la palabra hubiese, que significa un podría, el caminante pensaba que el amor lo podía todo, que era la fuerza que mueve el mundo, el caminante creía que aquel que esta enamorado y llega a sentir la fuerza del amor puede ver el rostro de Dios.




El caminante recordaba que aquella mujer días antes de su partida había jurado amarlo, había prometido amarlo para siempre y le decía que soñaba con formar una familia, el caminante recordaba cuando veía la felicidad en el rostro de aquella mujer, y esto lo alejaba más de aclarar su duda, mientras pensaba en el pasado alguien se acercó y le preguntó si podía compartir del paisaje con el, el caminante quería estar solo para aclarar su duda, pero no podía negarse a tal solicitud.

El caminante hizo un espacio para el recién llegado, recogió su mocaccino y lo invitó a sentarse, le ofreció algo de café y este lo acepto con gusto, voy para aldea del fuego, es un pueblo muy pequeño que esta muy cerca del valle del olvido, dijo el recién llegado,

Y vos le pregunto al caminante,

Para donde el destino me lleve respondió,

El recién llegado no lo entendió y volvió a preguntar,

Y donde crees que el destino te va a llevar,

No lo se respondió el caminante, tan solo caminaré hasta encontrar a mi princesa, para esto debo caminar y vivir mi historia personal, el recién llegado seguía sin entender nada, y prefirió no preguntar más y tan solo escuchar lo que el caminante tenía que decir.

El caminante luego de unos segundos siguió con la charla, el destino a veces nos da vuelta todo y nos pone en situaciones que no entendemos, ahora estoy en este tren, viviendo mi historia personal, buscando recorrer los caminos necesarios para sanar mi corazón y encontrar a mi princesa verdadera, que me muestre que el amor verdadero existe y que el amor verdadero nunca se va.

El recién llegado empezó a entender lo que le pasaba al caminante, sabia que hablaba de una historia de amor, que nunca fue, pero que afligía su corazón, este hombre de quien no se había preocupado el caminante de preguntar su nombre, le dijo al caminante,

No me conoces ni yo a vos, tan solo soy un pasajero más de este tren de la esperanza y hoy tu destino y el mió nos ha puesto en esta situación, y siento la necesidad de hablarte de una enseñanza que algún día con lagrimas me tocó entender, todo en nombre del amor.

Amigo caminante, cuando se ama de verdad es lo más bello que alguien puede sentir, se siente dicha, se siente paz, se siente que Dios esta más cerca de uno, pero así como el amor puede hacer feliz a una persona, también lo puede hacer desdichado y destrozarle el corazón, pero aquel que ha amado de verdad sabe que el riesgo vale la pena, pues cuando se ha entregado amor puro y honesto, lo que sucede luego, no importa del todo, pues lo vivido lo vale, sé también que cuando un amor termina el corazón siente morir y no encuentra camino por el cual seguir, cuando un amor termina, el dolor brota de lo más profundo del alma y las preguntas vienen como torbellino, por que se termino?, por que se fue?, pude dar más?, volverá a mi?, me engañó?, podré seguir?, son millones de preguntas que se quedan sin respuestas, la más dura de hacer, me amo de verdad?, pregunta que nunca tendrá una respuesta verdadera, tan solo una respuesta baga que uno mismo responde, nunca me amo como yo lo hice con ella.

El caminante no lo podía creer, como aquella persona sabía lo que le estaba sucediendo en este preciso momento a su corazón, el caminante solo atinó a decir,

Pero lo que vivíamos era maravilloso, yo la amaba y ella a mí, yo siempre busque el bien y ella igual,

El recién llegado levantándose le respondió, me debo ir, la aldea del fuego esta adelante, pero amigo caminante, tan solo recuerda que el amor así como es felicidad también duele, pero sobre todo, recuerda que tan solo puedes estar seguro de tus sentimientos, a veces cuando se ama se comete el error de creer que se puede saber lo que piensa el ser amado y eso nos lleva a equivocaciones que nos hacen daño, pensaste que esto nunca se terminaría, por que creíste que el amor de aquella mujer era tan puro como el que vos sentías, pensaste que tus sueños eran los de ella, pensaste que el amor que vos sentías por ella era igual que el que ella sentía por vos, y hoy te das cuenta que nunca fue así, recuerda que en el amor solo puedes estar seguro de tus sentimientos.

Aquel mortal que había dejado una enseñanza tan grande se levantaba con su mocaccino en la mano y extendió una mano al caminante diciendo,

Adelante amigo, el amor duele, pero está en vos seguir caminando, seguro un amor nuevo llegará, la princesa que dices fue creada para vos y hoy buscas, llegará si tu corazón esta sano para ella, te bendigo y se que lo lograrás, adelante, el caminante estrecho su mano y se despidió.

El caminante había recibido una nueva lección, esta vez no por parte de su Dios, un mortal había sido quien le había mostrado la puerta de entrada para aclarar sus dudas, el caminante prefirió seguir sentado, la aldea del fuego quedaba atrás y el valle del olvido estaba por aparecer.

El caminante pensó en las palabras que aquel mortal le había entregado, y recordaba que el amor que había sentido por aquella mujer, había hecho que se conviertan en uno solo, los sueños, los ideales, los principios, habían dejado se ser caminos diferentes para ser uno solo, dos cuerpos, dos corazones, dos almas que se fundieron en uno solo, en nombre de amor verdadero, pero ahora, lo había comprendido, ese fue el principio del final, el caminante había pensado que aquella mujer sentía lo mismo que el, y hoy comprendió que no se puede estar seguro de nada, tan solo de lo que uno siente, cuando el amor no es verdadero.

El Valle del olvido estaba justo en frente, Dios apareció una vez más,

Hijo prepárate para desembarcar, el tren de la esperanza no seguirá hasta en una semana, deberás buscar refugio en el valle por esta semana, hasta retomar nuestro camino.

El caminante quería conversar con su maestro sobre lo aprendido, aquel mortal le había dado una gran enseñanza, y quería el consejo de su Dios, pero el maestro desapareció dejando que el caminante continúe aclarando sus ideas.

El caminante desembarcó, el Valle del olvido era un pueblo hermoso, sus calles polvorientas, un sol que menguaba el tibio frío, los árboles con sus hojas verdes, pajarillos que con su silbido llamaban a la paz.

Hola me llamo María, alguien dijo,

-el caminante regreso su mirada con sorpresa-

Hola me llamo María repitió, una mujer de aproximadamente 26 años, creo que necesitas un lugar donde esperar la partida del tren, te puedo ofrecer refugio, dijo.

El caminante sabia que había sido muy confiado en el pasado, pero también sabia que no podía juzgar el presente en base a un pasado, que malo o bueno tan solo era pasado.

Si, dijo el caminante, estoy de paso, me quedare hasta la partida del tren.

Maria se acercó y extendió su mano, el caminante lo hizo igual y se saludaron.

Te enseñaré donde te puedes quedar, puedes quedarte toda la semana sin ningún problema dijo María.

El caminante le extrañaba tanta hospitalidad a un extraño, para el no era normal.

Mientras caminaban el caminante no pudo esperar más su duda y preguntó.

Disculpa María, pero me asombra tanta hospitalidad, soy un extraño y no creo que esto sea normal.

Maria respondió con una sonrisa, amigo, en el Valle del Olvido somos gente buena, hospitalaria, que sembramos el bien para cosechar la felicidad siempre, es por eso que a las personas que están de paso, siempre les ofrecemos refugio, pues somos gente buena que siempre compartimos lo mucho o poco que tenemos con todos quienes lo necesiten.

El caminante se sintió más tranquilo y siguió caminando junto a María.

Y por que el nombre del valle, olvido es una palabra muy triste dijo el caminante.

Maria volvió a sonreír, el valle lleva el nombre del olvido no por ser un pueblo olvidado, este valle lleva el nombre porque hemos olvidado todo lo malo que en nuestros corazones nos hacia daño, hemos aprendido a deshacernos del odio y de lo malo, nuestros corazones han logrado olvidar el daño que nos han hecho, amores no correspondidos, amistades falsas, cosas que afligen y hacen sufrir al corazón y al alma, el olvido nos a permitido perdonar y vivir en paz.

El caminante por un segundo sintió un leve dolor en su corazón, pero no prestó atención, pues las palabras de María eran tan preciosas que merecían toda su atención.

Este va ser tu hogar por esta semana dijo María, el caminante no le interesaba por ahora su lugar de descanso, tan solo quería seguir escuchando más sobre el olvido, pues sentía que era lo que necesitaba para sanar su corazón por completo.

Yo vivo en frente, todo cuanto necesites me lo puedes pedir, yo estaré visitándote para saber de tus necesidades, por ahora debo regresar a la comunidad, pero regresaré al atardecer.

El caminante aceptó y entró a la casa que le había indicado Maria, era un lugar muy acogedor, pero no pudo ser apreciado del todo por el caminante, pues solo pensaba en el regresó de María para saber más sobre el olvido.

El caminante arreglo sus pertenencias y tomó una siesta a la espera del atardecer.



“El amor verdadero, convierte dos cuerpos, dos corazones, dos almas en uno solo…..”

JALE

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EL CAMINANTE (EL PERDON VERDADERO)

EL CAMINANTE
(EL PERDON VERDADERO)


El caminante había llegado a un nuevo mundo, a un lugar donde todo era tranquilidad y paz, el olor a pino inundaba todo, y la vida tenia color.

El caminante había recorrido toda la casa, recorrió lugar por lugar, admirando la belleza de las pequeñas cosas, de los espacios vacíos, de una vela sin luz, lo que más le atrajo de aquel lugar fue una chimenea rustica, más rustica de lo que debía ser, pensó que en un lugar así, en algún momento, estará junto a su princesa tomando una copa de vino y amándose como solo ella y el lo sabrán hacer.

Dios regresó por unos segundos, el caminante se sorprendió de ver de vuelta a su maestro.

Señor, gracias por regresar, he pasado momentos importantes, de aprendizaje y de paz,

Lo sé hijo, lo sé, necesitas seguir caminando, abriendo tu corazón a lo nuevo, la vida es aprender, y cada momento vivido tiene una lección por aprender, está en ti tomarla o dejarla pasar.

Hoy, el camino recorrido ha sido extenso, es un camino que seguro en algún momento lo recorrerás de vuelta, pero esta vez feliz, pues tendrás a una bella princesa que será tu compañera de vida, donde todo será felicidad y amor verdadero.

El Caminante al escuchar las palabras de su Dios, derramo un par de lagrimas, Dios sonrió, y le dijo.

Hijo he contado cada una de las lágrimas que has derramado, y por cada lágrima serás recompensado con la princesa más bella que en tus sueños hayas podido imaginar.

Pero hacia ya mucho que mis ojos habían parado de llover, dijo el caminante.

Hijo estas lagrimas ya no son más de dolor, son de esperanza por ver a tu amor verdadero, que te está esperando en algún lugar.

Dios seco las lagrimas del Caminante, y le dijo

Hijo sigo cada uno de tus pasos, mi presencia estará contigo siempre, cuidando cada paso que das, no lo olvides nunca, adelante, el camino aún es largo, y sin mas desapareció.

El caminante permaneció por unos segundos de pie junto a la chimenea donde se había prometido compartir una noche con su princesa.

Luego de algunos minutos de vivir lo que vendrá, el caminante regresó a la habitación donde tomo una ducha y luego descansó a la espera de Maria.

Maria había regresado a la aldea, donde se hacían los preparativos para la celebración del olvido, todos los habitantes colaboraban con los arreglos, Maria ayudó por unos momentos y luego se preparó para regresar por el caminante, le había prometido al finalizar la tarde pasar por el y que mejor ocasión para visitar la aldea que en la celebración del olvido.

El caminante ya se había preparado para la llegada de Maria, el descanso había sido reconfortante, pero las ansias de la llegada de Maria y de escuchar más sobre el olvido hacían que el caminante se impaciente.

La puerta había sonado, era Maria,

Hola querido amigo estoy de regreso, dijo Maria, como fue mi promesa, aquí estoy, quisiera invitarte a la celebración de la fiesta del olvido, la comunidad entera esta reunida en la aldea.

El caminante por unos segundos se sintió sorprendido, pues había hecho otro plan para la noche, había planificado recorrer el bosque que circundaba la casa y hablar sobre el olvido, pues solo esa idea rondaba su cabeza.

Pero luego de unos segundos de silencio aceptó.

Maria sonrió y dijo, querido amigo no te vas a arrepentir, será una linda noche, que te hará muy bien y te responderá muchas de tus preguntas, pero lo más importante, te regalara paz.

El y Maria, caminaban hacia la aldea, el cielo estrellado y una luna radiante cobijaban su andar, el caminante se sentía algo nervioso, pues no sabia con lo que se encontraría, todo esto era algo nuevo para el, pero su Dios le había dicho que cada momento vivido es una oportunidad para aprender, y seguro eso haría esta noche.

A los pocos minutos Maria y el caminante estaban en la aldea, donde la comunidad estaba celebrando la fiesta del olvido, ofrendaban sus tierras, sus alimentos en la celebración, pues lo hacían en agradecimiento a la paz que el olvido les había entregado a cada uno.

Era una celebración muy llamativa, con algo de pagano, todos eran amigos, todos sonreían y se felicitaban, Maria y el caminante habían llegado y pasaron a formar parte de la fiesta sin que nadie dijese nada, la fiesta continuó con los nuevos integrantes.

Todos eran personas muy felices y llenas de dicha y de amor.

La celebración era dirigida por un hombre vestido de blanco, quien se hacia llamar Basho, quien en un momento de la celebración pidió que todo pare y se unan de las manos.

Pidió que se arrodillasen y miren al cielo, todos juntos en una especie de ritual, procedió a pronunciar algunas frases que al parecer era una oración en un idioma extraño, la
Oración fue extensa pero luego de algún tiempo terminó, Basho estaba de pie y con sus manos elevadas hacia el cielo pidiendo más olvido y paz para todos.

Luego de la oración, que para el caminante había sido sorprendente, cedió la palabra a cada uno de los integrantes de la comunidad, quienes agradecían al Señor por haber olvidado algún recuerdo que a su corazón triste lo mantenía.

Era el turno de Maria y el siguiente del caminante, quien no podía estar más nervioso y ansioso.

Maria inicio con una oración.

Oh señor, tu que eres dueño de todo cuanto nos rodea y de nuestras vidas, tu que eres lo más grande, tu que nos has regalado la vida, para vivirla y hacer el bien, hoy estoy aquí un año más, pidiéndote que me regales tu perdón por lo malo que haya podido hacer para ti.

Oh señor, te agradezco por todo cuanto me has dado hasta el día de hoy, por lo bueno y por lo malo, por regalarme el aire para estar aquí con mis hermanos y decirte gracias un día más por ser nuestro padre creador que todo lo puede.

Gracias señor por regalarnos el olvido, por poder perdonar a quienes nos han hecho daño, gracias por regalarnos la paz y el amor en nuestros corazones, gracias por enseñarnos todos los dias que el odio no nos lleva a ningún lado, que debemos perdonar para poder seguir caminando, gracias padre por regalarme el olvido y mostrarme el camino a seguir.

El caminante estaba junto a Maria, quien estaba de rodillas como todos, pero una especie de aura la recubría, era algo mágico, el caminante nuevamente sintió en su corazón un pequeño dolor, era la segunda vez, pero el momento era tan especial que dejó pasar el dolor.

Era el turno del caminante, quien no sabia como iniciar, hubo un largo momento de silencio, donde nadie pronuncio una sola palabra.

El caminante empezó a llorar, y nadie hizo nada por consolarlo, Maria quería abrazarlo, pero sabía que no lo podía hacer,

Luego de unos segundos el caminante dejó de llorar y dijo.

Oh Señor, tu que has caminado junto a mi desde el primer día en que mi corazón fue destruido, conoces mis fortalezas y mis debilidades, sabes quien soy y quien no.

Señor, sabes que siempre he buscado el bien, sabes que en mi corazón no existe el lugar para el mal, hoy te pido perdón por los sentimientos malos de odio y rencor que tuve en estos últimos meses por quien me hizo daño.

Hoy, estoy conociendo el olvido, gracias a estar en este lugar maravilloso y gracias a Maria que sin saber, me ha ayudado y me ha regalado una de las lecciones más grandes que he podido aprender, el olvido es vivir en paz, es regalar nuestro perdón aunque no lo sea pedido por quien nos ha hecho daño, pero el perdón es entregarlo desde lo más profundo de nuestro corazón, para así sacar todo el daño que hayan podido causarle a nuestro corazón, solo así el perdón será verdadero y solo así en nuestra vida reinara la paz.

Gracias Padre por regalarme la dicha de estar aquí con toda esta gente que no me conoce pero que se que me aprecian y me respetan sin conocerme, gracias por regalarme la paz y la vida, gracias por regalarme esta oportunidad maravillosa de vivir para recorrer caminos en busca de la verdadera princesa que me espera para ser felices por la eternidad.

El caminante abrió sus ojos y sin poder verse, sintió que el aura que hace unos minutos recubría a Maria, ahora lo recubría tan bien a el.

Basho cedió la palabra al resto de las personas quienes agradecieron por el olvido y por regalarles una paz única y verdadera.

Así hablaron todos, y Basho volvió a orar para terminar con la ceremonia.

El caminante se sentía en un estado tal de relajación que no lo podía explicar, su corazón sentía diferente, el olor de las cosas era extraño como si nunca lo hubiera percibido, todo era de color, su vida era nueva.

Todos se levantaron y soltaron sus manos, algunos habitantes de la aldea se acercaron, y felicitaron al caminante por su oración, y sin preguntar nada le recordaban que debe permanecer fuerte, es fácil salir de este camino y dejar que su corazón se llene de odio o rencor, en la vida sufrimos de muchos golpes que nos dan amigos, familia y amores, y eso nos daña el corazón, pero si pides la dirección de nuestro maestro, seguro el perdón para aquellos que hacen daño, llegará antes que el odio llegue a tu corazón, ten presente que el perdón te regala paz y el odio tristeza.

Había terminado la ceremonia y con ella la noche también había llegado a su fin.

El caminante esperó ha que las personas se retiren a sus hogares y pidió hablar con Maria unos minutos a solas, Maria aceptó.


Maria quiero agradecerte por este momento tan mágico, dijo el caminante.

He aprendido que el perdón es algo mágico y divino, que solo si perdono de corazón podré vivir en paz, y podré caminar de verdad, y lo más importante si perdono de verdad mi corazón estará sano para entregarlo a mi princesa verdadera.

Maria, miró fijamente al caminante.

Amigo, el amor duele, no es felicidad siempre, los malos ratos te ayudan a crecer cuando aprendes de lo malo, cuando alguien quiere matar tu corazón no es alguien bueno, no es un amor verdadero, a esa persona solo otórgale el perdón y sigue caminando que un amor verdadero llegará.

Es hora de regresar dijo Maria, es tarde ya, mañana será un día nuevo y seguro algo nuevo nos traerá.

El Caminante asintió, pero antes de irnos dijo el caminante.

Quiero que sepas que nunca me imagine que en este camino iba a encontrar seres maravillosos como vos y lugares mágicos como el valle del olvido, gracias por estar en mi historia, y con un beso en su mano se despidió y regresó a su cabaña.



“El perdón es un sentimiento que solo aquellos que lo otorgan desde el corazón pueden saber cuando es real”

JALE

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EL CAMINANTE (El Alma Renace)

EL CAMINANTE
(El Alma Renace)


El caminante sentía en su corazón una calma inexplicable, el ritual vivido aquella noche había renovado su corazón, su alma estaba renaciendo, y eso lo llenaba de paz que tanto le hacia falta.

El caminante luego de la última charla con Maria, decidió regresar a su morada, durante el regreso, paró un instante en el bosque para ver la noche estrellada, e imaginar a su princesa, su corazón albergaba una paz inexplicable, el perdón verdadero había copado su corazón, y ahora todo se vestía de azul y la felicidad estaba cada vez más cerca, su princesa cada vez era más realidad.

Dios apareció, su imagen en el cielo lo iluminaba todo,

Hijo, has aprendido una nueva lección hoy, tu corazón está sanando como te lo prometí, y tu alma esta renaciendo como fue mi promesa, el tiempo te dará todo lo que para vos fue creado.

Padre, me siento feliz, mi corazón es nuevo y mi alma a sanado por completo, el olvido ha llegado a mi, el dolor ha desaparecido, no está conmigo más.

Hijo, me alegra escucharte tan seguro, y estoy feliz por verte de pie y decidido a caminar, pero ten presente que en la vida existen tentaciones y el olvido no lo es todo.

El caminante no entendió del todo las palabras de su Dios.

Padre, pero debía perdonar a quien me ha hecho daño para poder seguir y encontrar a mi princesa,

Esto lo he hecho, he perdonado a quien debía y mi corazón ha olvidado todo, esta listo para salir en busca de mi amada princesa,

Hijo, tienes razón, tu corazón debe estar sano para recibir a tu princesa, debes haber perdonado y olvidado lo malo que te han hecho, debes ser una hoja en blanco para escribir una nueva historia con tu nuevo amor (princesa prometida), pero no es solo perdonar y olvidar, la vida no es tan fácil como eso, la vida son lecciones que aprender, y eso harás, la vida te pondrá pruebas y las tendrás que superar, tu princesa llegará, cuando menos lo esperes, la encontraras y ella a ti, solo sigue, el camino es largo, tu corazón y alma se han recuperado aparentemente, deberás cuidar que no vuelvan a caer.

Padre así lo haré,

Confío en tu palabra, vos me levantaste como un fénix de las cenizas, me enseñaste el camino a seguir, me entregaste pruebas que me ayudaste a superar, y nunca me abandonaste, padre como no confiar en vos,

Seguiré este camino y encontraré a mi princesa verdadera, esa fue tu promesa y estoy seguro que así será.

Adelante hijo, y se despidió.

El Caminante cerró los ojos por un instante e imagino a su princesa, pero no logró ver el rostro de su amada prometida, tan solo se vio feliz junto a ella, como en un cuento.

El sonido del viento moviendo las hojas caídas de los árboles, hizo regresar a la realidad al caminante.

El retomó su camino hasta su morada, Dios le había hablado una vez más y su corazón estaba lleno de paz, no podía pedir más por aquella noche.

Luego de un día lleno de sorpresas y bendiciones, el caminante decidió descansar.


A la mañana siguiente, Maria pasó por el caminante a media mañana, El ya la estaba esperando, luego de la noche anterior había llegado a querer mucho a aquella mujer que le había enseñado el poder del perdón y del olvido.

Hola, dijo Maria, te he preparado algo.

El caminante agradeció.

Espero que lo sucedido anoche te haya ayudado mucho, es una ceremonia que nos ayuda a reencontrarnos y a deshacernos de lo malo que nuestro corazón alberga.

Me hizo mucho bien respondió el caminante, ha sido algo maravilloso, no sabia que el perdón verdadero podía ser algo tan gratificante.

Nadie lo cree así hasta que lo experimenta.

Eso me pasó a mí, respondió.

Me gustaría caminar por el bosque dijo el caminante.

Claro respondió Maria.

Considero que recorrer la aldea, el bosque y sus alrededores te hará muy bien.

En la mitad del bosque existe la piedra del perdón, es un lugar muy bonito, es algo mágico, puedes ir te gustara mucho.

A tu regreso pasaré por vos, dijo Maria, ahora debo regresar a casa.

El caminante asintió, y con una sonrisa se despidió de ella.

Era media mañana, el caminante decidió salir a recorrer la aldea, tenía muchas ganas de ir a la piedra del perdón, le atraía el hecho de saber si aquel lugar era tan mágico como Maria lo había dicho.

Pero decidió no ir, era mejor dar un paseo tranquilo por el bosque, descansar y disfrutar del aire dulce que solo en este lugar se lo podía hacer.

El caminante mantuvo como rutina el paseo por el bosque, salía todas las mañanas y regresaba al atardecer para dar un paseo con Maria por la aldea.

Maria, una noche, decidió contar al caminante una historia que había ocasionado mucho daño a su corazón.

Quería compartir la historia que alguna vez la trajo de vuelta a este lugar mágico, cuando su cuerpo, alma y corazón estaban hundidos en una oscuridad total.

Quisiera contarte mi historia de amor dijo Maria,

Claro dijo el caminante, me encantaría escucharte,

Alguna vez mi corazón se enamoró de un hombre que pensé era el amor de mi vida, empezó Maria,

Yo creía que aquel hombre era mi príncipe, con el que había soñado desde pequeña, que era el hombre que Dios había creado para mí.

Dejé todo atrás, mi vida, mi familia, mis amigos, mi casa, mis recuerdos, todo por ir tras de aquel amor que me daba vida, pues creo que el amor es entregarse por completo, es romper limites y dejar de ser uno para formar parte de un nuevo cuerpo que fundió dos almas.

El era de una aldea lejana, y fui tras ese amor.

Vivíamos felices, o aparentemente eso creía yo, reíamos, compartíamos todo.

Pero cierto día, las cosas se enfriaron, pero yo creía que podía regresar el calor a nuestro amor, pero esto al final de los días no ocurrió.

El, un día no regresó más, decidió marcharse, lo busqué en las aldeas cercanas, en las lejanas, debajo de las piedras, en sol y el mar.

Mi corazón no daba más, las lágrimas desbordaban aun más el dolor que sentía mi alma y buscaba las razones del por que de su partida.

Me enojé con Dios pidiéndole explicaciones del por que, y el nunca me respondió.

Pero cierto día, cuando ya mi vida no daba más, el regresó, tenia tristeza y rabia por que me había abandonado, pero la felicidad de tenerlo de regreso era mayor a todo sentimiento de reclamo que podía sentir.

Gracias por regresar le dije, te estaba esperando.

El tenia el rostro rígido, no contestó nada.

Inmediatamente percibí que no había regresado por mí.

Regresé a explicarte, lo que sucedió. Dijo el.

Yo solo lo escuché

Debí marcharme, pues encontré a alguien más, mi amor por ti ya no era el mismo y decidí seguir el camino con otro amor.

Ya no te amo, fue lo ultimo que escuché

Yo me sentí morir, tan solo atiné a correr, quería dejar todo atrás.

El bosque fue mi confidente y refugio por una semana, ahí luché por reencontrarme y coger fuerzas para seguir, sabia que no podía morir por aquel amor que no merecía mi sufrimiento, era difícil hacerlo, pero debía.

Dios una noche apareció en mis sueños, y me ordenó regresar a villa del olvido, pero no quería hacerlo, había dejado mis amigos, familia y no sabia si ellos me recibirían y ese miedo me agobiaba, pues no quería sufrir una nueva decepción.

Pero un día, mi corazón sufrió un dolor terrible, y sentí la necesidad de regresar a mi hogar, pues si bien tenía miedo al rechazo, también sabia que los amigos verdaderos y la familia, siempre van a estar ahí para apoyarnos.

Y así lo hice, al regresar, mi familia y amigos me dieron todo el apoyo y me ayudaron a olvidar y a perdonar, sanaron mis heridas, y entendí que tan solo puedo estar segura del amor que siento por otra persona, más no de lo que el siente por mi, y que no esta mal intentar y dejar todo por el amor, esta mal hacerlo por quien no lo hace igual por vos.

El caminante escuchaba impresionado la historia de Maria, era una historia de amor triste como la que le había tocado vivir,

Le había impresionado escuchar sobre el dolor que había sentido en su corazón, el lo había sentido un par de veces días atrás y no entendía del por que.

Maria yo he sentido el dolor en mi corazón, por que preguntó el caminante.

El corazón envía una señal a través de aquel dolor, grita que necesita sanar, el rencor ha colmado gran parte y necesita deshacerse de lo malo.

Por eso decidí regresar a la aldea, acá encontraría lo que mi corazón necesitaba.

El caminante lo había entendido todo, a partir de la ceremonia del perdón su corazón era un ser nuevo, lleno de felicidad y amor por entregar, y el dolor había desaparecido, todo tenia una razón dijo para si.

Gracias por compartir tu historia conmigo dijo el caminante, el dolor que provoca un falso amor es impresionantemente grande, pero solo a través de Dios y el perdón esto puede pasar y nuestro corazón sanar para seguir el camino.

Seguro un amor verdadero encontraras dijo el caminante, alguien que te ame como seguro tu lo harás con el, y hoy con lo aprendido y con la dirección de nuestro maestro, sabrás cuando es el momento exacto para la llegada de este amor.

Maria sonrió, y dijo,

Gracias, también se que encontraras aquella princesa verdadera que Dios creó para vos, aquella mujer con quien sueñas compartir tu vida y entregarle tu corazón, solo ten presente que tiene que ser en el momento exacto, cuando ella este preparada y vos igual, solo así, la historia será la prometida.

El caminante entendió lo dicho por su maestro, no solo el tiene que estar preparado, sino también su princesa, en ese preciso instante el encuentro se dará.

Gracias Maria, dijo el caminante, eres una mujer maravillosa y tus palabras están llenas de sabiduría, gracias por entregarme cada una de ellas.

Era tarde y decidieron regresar, al día siguiente el tren partiría al medio día, y el caminante aún quería visitar la piedra del perdón.

Regresaron, y se despidieron, agradeciéndose por escucharse.

Al día siguiente el caminante muy temprano salió de su casa rumbo a la piedra del perdón, había escrito un par de líneas para su princesa verdadera, y quería dejarlo en aquella piedra, para algún día regresar con su princesa y mostrarle lo que había escrito la noche anterior sin conocerla, pero la amaba desde ya.

Y así lo hizo, llegó a aquel lugar, todo era maravilloso, existía una paz indescriptible, el caminante se paró enfrente de la piedra y pronunció una oración.

Luego, justo al frente de la piedra cabo un hueco, no tan profundo, y enterró la hoja, donde había escrito lo que le entregaría a su amada princesa, la hoja estaba en un sobre, y debería salir a la luz, el día en que regrese junto a la mujer que Dios había creado para el.

Luego de esta mágica visita, regresó a la aldea, debía preparar sus cosas para continuar en el tren de la espera, este partiría en poco tiempo,

Maria lo estaba esperando, debes partir le dijo ella.

Así es dijo el caminante, pero sé y estoy seguro que regresaré junto a mi princesa verdadera, y espero que a mi regreso estés junto a tu verdadero amor.

Gracias dijo Maria, lo acompañó hasta el tren, al despedirse le dijo, espero tu corazón haya sanado, y tu alma haya renacido.

Eres un hombre bueno que merece encontrar a una verdadera princesa, que ponga color a tus días y te ame como tu la estas amando desde ya.

El caminante con un beso en las manos se despidió y abordo el tren.



“Un amor verdadero busca la felicidad y ama sin medida…. Se entrega sin limite solo por saber que aquel ser a quien ama, es feliz”

JALE

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EL CAMINANTE (UNA PRUEBA MÁS)

EL CAMINANTE
(UNA PRUEBA MÁS)


El caminante abordó el tren, el corazón estaba rejuvenecido, el alma había renacido, estaba muy agradecido con Maria por las enseñanzas que le había entregado, el significado del perdón verdadero y del olvido, hizo que el caminante vea su entorno de manera diferente.

El tren se dirigía hacia playa primavera, era su nuevo destino, no sabia con que prueba tendría que enfrentarse, tan solo sabia, que junto a su Dios, y las enseñanzas aprendidas, seria suficiente para superar los obstáculos que ante el se presenten.

Todo transcurría con normalidad en el tren, el caminante disfrutaba de un tiempo de tranquilidad y armonía, apreciaba el valor de las pequeñas cosas, escuchaba lo que el silencio hablaba, y los colores que la oscuridad le regalaba, todo esto era nuevo para el, y lo había logrado por que tenia un corazón nuevo.

Cierto día, cuando todo era felicidad y paz para el caminante, recibió una carta, era aquella mujer con quien compartió su vida tiempo atrás, en la carta ella le pedía hablar con el, quería verlo y explicarle lo sucedido, el caminante se sorprendió, no podía creer que después de todo lo sucedido y del tiempo, aquella mujer pretenda verlo y explicarle lo sucedido, la carta hablaba que necesitaba verlo y explicarle todo, le pedía perdón y quería ser escuchada como antes por el.

El caminante no sentía nada por aquella mujer, el la había perdonado, el odio y la rabia habían desaparecido, para el caminante era tan solo alguien del pasado que fue importante en su momento y nada más.

Luego de leer toda la carta el caminante pensó que no debía volver a ver a esa persona, simplemente debía seguir su camino, al igual que ella lo había hecho tiempo atrás, sus caminos se habían separado, ya no quería culpables, solo quería ser feliz y encontrar a su princesa verdadera.

El caminante escribió una carta para aquella mujer, en la cual la felicitaba por los logros que decía haber obtenido y por la conquista de la felicidad de la cual decía ser dueña ahora, pero le pedía que no escribiera más, el no quería saber más de ella, no necesitaba las explicaciones de algo que para el estaba claro, y lo más importante, ya no importaban las explicaciones de algo que murió, ella había tomado un camino diferente, y debía seguir caminando, o por lo menos no intentar regresar al camino que dejo sin importarle nada.

El caminante envió la carta, estaba dispuesto a seguir caminando, en busca de su princesa, seguro todas estas pruebas valían la pena, pues la recompensa seria encontrar al amor de su vida, a una princesa verdadera.

A los pocos días recibió una nueva carta de aquella mujer, cada vez era más triste, aunque decía en sus palabras no estarlo, pero el caminante la conocía y sabía que no era así, en la carta decía sentirse triste por no poder compartir con el, lo bueno que la vida le había regalado, decía estar triste por sentir que no es El, quien la acompaña.

La carta concluía con un TE QUIERO, lo cual hizo pensar al caminante en la dicha de no estar con aquella mujer, pues si no es sincera con ella, menos podrá serlo con las personas que la acompañan, pues el caminante no podía entender como se puede querer mientras se sigue queriendo a alguien más, consideraba que era algo muy triste lo que aquella mujer hacia, y agradecía a su Dios por que hoy su camino era diferente, esperaba a aquella princesa verdadera que fue creada para el y que jamás lo haría vivir momentos como los que vivió días atrás con aquella mujer.

Aquello era lo más importante hoy, el pasado, las explicaciones, las palabras no tenían el mismo significado ni su razón de ser, hoy eran vacías, no importaban más.

Luego de la ultima carta no hubo más respuesta, el caminante decidió seguir con su búsqueda, estaba seguro que con cada paso estaba más cerca de su princesa verdadera, había tenido muchas pruebas y tentaciones, pero esta vez no podía equivocarse más, se había desviado mucho del camino de la princesa verdadera, y ahora que lo ha retomado no se perderá más, la encontrará.

Los días transcurrían, su maestro observaba con felicidad, ver un caminante nuevo, renaciendo como un fénix, había sufrido mucho, y era hora que la vida le de algo de lo que no le fue entregado, la princesa lo estaría esperando, solo debería seguir caminando en busca de la conquista, que seguro lo lograría.

La playa primavera estaba próxima, seguro recibiría nuevas enseñanzas en aquel lugar mágico, pero también sabia que corría el riesgo que los recuerdos lo arropen, pero también estaba seguro que nada haría que regrese al pasado, pues estaba junto a su Dios y nada lo haría retroceder.




“El amor verdadero no es infalible, es real, tiene defectos y virtudes, perdona y olvida, pero el amor verdadero nunca busca el mal del ser amado…..”

JALE

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EL CAMINANTE (LA PLAYA PRIMAVERA)

EL CAMINANTE
(LA PLAYA PRIMAVERA)


El caminante se encontraba cerca de la Playa Primavera, soñaba con llegar ahí y recorrer de punta a punta la playa al atardecer, quizás encontraría a su princesa esperándolo en la arena, para convertir su sueño en realidad.

El locomotor indicó la llegada a la playa, el caminante preparó sus cosas para desembarcar, serian algunos días en este nuevo lugar que seguro le depararía nuevas enseñanzas.

El caminante desembarcó y sin pensarlo mucho se encaminó a la playa, quería ver el azul del mar, por si existía alguna señal de su princesa verdadera, Dios intervino.

Hijo, en los últimos días no he aparecido en tu vida, he preferido dejar que camines y recibas enseñanzas del mundo, de tu entorno, y principalmente de tu corazón, el tiene muchas respuestas, tan solo tienes que escucharlo, y el te hablará como lo hago yo.

Padre, te agradezco todo lo que haces día a día, por permitirme seguir caminando, por mantenerme en pie, por regalarme esta vida y mantenerme en la firme búsqueda de mi princesa.

Hijo, recuerda siempre que tu vida no es solo la búsqueda de una princesa verdadera, ella aparecerá, mientras caminas, mientras aprendes y preparas tu corazón, ella lo estará haciendo igual, y cuando los dos corazones estén listos, se unirán, pues el universo siempre es cómplice cuando dos corazones están destinados a ser uno nuevo.

Padre, pero necesito de ella, mi corazón la reclama, y mi alma esta incompleta, no la conozco pero la estoy amando desde ya.

Hijo, debes tener paciencia, el amor es paciente, y solo cuando los dos corazones están listos para ser uno, solo entonces la fuerza del amor y el universo, se encarga de unirlos, pero esta unión que esta bendecida por el amor, será eterna, pues si fue bendecida por el amor, es bendecida por mi.

El caminante escuchó las palabras de su Dios, ahora debía esperar, caminar por donde el destino lo ordene, sin desesperar, como lo había hecho años atrás cuando por primera vez Dios le revelo su designio.

A la noche siguiente el caminante decidió dar un paseo por la playa, necesitaba pensar y escuchar su corazón, y encontrar respuestas a dudas que aún vivían en el.

Llegó a un lugar despejado, la luz de la luna creaba un reflejo fantástico sobre el mar, una vez más vio reflejada a su princesa, esta vez su rostro era borroso, poco claro, pero sin duda era hermosa.



Luego de unos segundos la imagen se borró del todo y se sintió triste, pues era lo más cercano que había tenido a su princesa verdadera.

De pronto una figura flotando sobre el mar,



Me llamo Betel, y soy la representación de tus miedos y conciencia.

El caminante pensó que estaba soñando o algo parecido.

<> pregunto Betel sin tiempo a nada mas que para preguntar y responder.

El caminante se asombró, sabía a quien se refería el recién llegado,

Nada, no siento nada por ella, Respondió.

Por que me preguntas esto.

<> replicó Betel..

Claro, tu debes saber que si, pues eres la representación de mi conciencia.

Tienes razón, y por eso la pregunta, en ocasiones decimos o expresamos cosas diferentes de lo que sentimos de verdad.

No lo entiendo, dijo el caminante.

A donde quieres llegar con esta pregunta…??

Quiero saber que sientes por aquella mujer, debes aclarar tus sentimientos, debes ser sincero contigo para poder seguir, no debes tratar de sanar, fingiendo que no sientes nada por aquella mujer.

El caminante sintió que la sangre se le enfriaba, sabia que era una pregunta que había evadido, pues se había concentrado tanto en la búsqueda de la verdadera princesa que no se preocupó en cerrar el circulo que alguna vez abrió aquella mujer a quien amó sin limites.

No quiero regresar al pasado, he caminado tanto y hoy solo quiero vivir en el presente.



<>

No lo se, hoy estoy en un estado de gracia, hoy busco a mi princesa verdadera, y es mi prioridad, quiero entregarle todo el amor que he acumulado durante todo este tiempo, quiero encontrarla y decirle que la amo.


Sabes, mi corazón perdonó, y olvidó el daño que me han causado, y hoy estoy agradecido por haber vivido todo esto, pues si no hubiese vivido esta historia como la viví, no seria capaz de amar a mi verdadera princesa como se merece, no sabría que puedo amar a alguien más que a mi mismo, que puedo perdonar y ser feliz, que estoy vivo por que existo….

El angel, interrumpió.

<>

Hubo un silencio denso, tan denso que se lo podía tocar.

Al cabo de unos segundos el caminante respondió

Amo a una princesa verdadera que no se quien es, ni como es, pero sé que existe, que es real, que me amará tanto como yo lo haré con ella, y que seremos felices por siempre.

Aún evades la pregunta, insistió el angel.

No puedo amar aquella mujer, si bien hoy la he perdonado y recuerdo solo lo bueno que viví con ella, pero no puedo amarla, pues no demostró ser mi princesa verdadera, y hoy mi corazón busca algo real que lo haga crecer y que le permita hacer feliz a quien lo ama.

Betel, no contesto, sabia los sentimientos del caminante, sabia que ahora vivía por una princesa verdadera que le había sido prometida por su Dios, que el rencor y el dolor que le había causado aquella mujer ya eran cosa del pasado, que el amor se había acurrucado y se había transformado de amor en esperanza, todo en búsqueda de su sueño.

El caminante guardo silencio al igual que Betel, la noche era impresionante bella, la luna reflejada en el mar, el mar con un brillo casi sublime, y todo era paz.

Betel rompió nuevamente el silencio,

Tu princesa por llegar será digna de tomar tu corazón, seguro la harás feliz por que has luchado día a día por sanar y preparar tu corazón para entregárselo, por que desde ya la amas y ella a ti, por que Dios los creó para que sean uno, y su designio se hará realidad en su tiempo, cuando el universo conspire al ver que los dos corazones están preparados para fundirse en uno nuevo para la eternidad.

Y sin más Betel desapareció…

Había sido un encuentro muy raro, pero el caminante se había acostumbrado a recibir este tipo de mensajes, pues todo cuanto el recibía, estaba seguro que lo acercaba más a su princesa, y no pedía explicación, tan solo lo vivía.



La noche se había alargado y el caminante decidió regresar a su morada, una más en este largo camino, debía descansar y así lo hizo.


“el amor verdadero nos hace capaz de amar al ser amado más que a uno mismo… pues dejamos de ser nosotros para renacer en nombre del amor…. “


JALE

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EL CAMINANTE (Una Aparicion mas)

EL CAMINANTE
(UNA APARICION MÁS)


Todo era paz en playa primavera, la noche anterior el caminante había tenido un nuevo encuentro con un ser que había ayudado a su crecimiento y reencuentro personal.

El caminante nuevamente se dirigió a la playa, el amanecer era impresionantemente bello, el sol nacía imponente a lo lejos, y el cielo y la luna a lo lejos eran fiel testigo al igual que el caminante de tan bello evento.

A lo lejos, por la orilla se divisaba una silueta de una mujer, la mirada del caminante fue atraída enseguida por esta mujer, el caminante se puso impresionantemente nervioso pues pensaba podía ser su princesa verdadera que venia a su encuentro, pero en su corazón sentía que también podía ser aquella mujer con quien tiempo atrás compartió su vida.

El corazón del caminante no se equivocaba y la esperanza de que aquella silueta pertenezca a su princesa verdadera si diluyó al ver que era aquella mujer, de quien el caminante había dejado atrás el recuerdo de una vida de dolor.

Hola dijo ella.

Hola respondió el caminante.

Te he buscado por muchos lugares pues necesitaba saber de vos, este tiempo sin ti no ha sido bueno.

El caminante se sonrió,

Saber de mi…??? Acaso ahora te importo….??

Siempre me has importado

El caminante volvió a sonreír, pues su pregunta no fue la correcta al igual que la respuesta.

Ya es tarde le respondió, hoy tengo una nueva vida, llena de sueños y metas por cumplir, mi vida quedo de lado cuando te fuiste, me sentí morir, pero hoy gracias a Dios mi familia y amigos estoy de pie, luchando en búsqueda de una princesa real con quien pueda ser feliz.

Ella derramo lágrimas al escuchar al caminante.

Pero eso debía ser conmigo dijo ella.

Pues si, respondió el caminante, mis sueños, mis anhelos, mi vida, todo era tuyo y lo dejaste ir, por buscar otro sueño, que pensaste era el tuyo, dejando el mío en libertad, en ese preciso instante no entendí del por que te ibas y por que después de tanto amor lo “nuestro” moría.

Pero hoy querida aventurera, lo he entendido todo, lo que esta hecho en base a mentiras nunca es, pues nunca existe, y tu sentimiento fue tan solo eso, una mentira, que por más que la repetiste muchas veces nunca se convirtió en verdad, pues al amor verdadero nunca se lo engaña.

Hoy soy feliz, y tu recuerdo dejo de quemar, la llama que existió alguna vez, hoy se extinguió, tan solo te puedo desear que Dios te de lo que mereces, no se si será algo bueno o malo, pues solo El es quien sabrá juzgarnos, yo seguiré mi camino como hasta hoy lo he hecho.

Ella seguía llorando.

El caminante se preparó para seguir su camino.

Pero ella lo detuvo

Te amo le dijo.

El caminante cerró los ojos por unos segundos y le dijo.

Yo te ame con mi vida, te adoré como a nadie, pero hoy ya es tarde y mi destino no eres vos.

Y con esto se marchó.

Aquella mujer quedo atrás entre palabras y sollozos, la vida del caminante había cambiado luego de compartir la vida con aquella mujer, sus sueños había renacido, su historia seria rescrita.

El caminante se perdió a lo lejos pidiéndole a Dios que guíe sus pasos como hasta ahora lo había hecho.




“El ser fuerte no significa ser Frío e Insensible… eso es ser cobarde… el amor verdadero nos entrega todo y nunca pide mas que amor verdadero… “


JALE

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