EL CAMINANTE (EL PERDON VERDADERO)

EL CAMINANTE
(EL PERDON VERDADERO)


El caminante había llegado a un nuevo mundo, a un lugar donde todo era tranquilidad y paz, el olor a pino inundaba todo, y la vida tenia color.

El caminante había recorrido toda la casa, recorrió lugar por lugar, admirando la belleza de las pequeñas cosas, de los espacios vacíos, de una vela sin luz, lo que más le atrajo de aquel lugar fue una chimenea rustica, más rustica de lo que debía ser, pensó que en un lugar así, en algún momento, estará junto a su princesa tomando una copa de vino y amándose como solo ella y el lo sabrán hacer.

Dios regresó por unos segundos, el caminante se sorprendió de ver de vuelta a su maestro.

Señor, gracias por regresar, he pasado momentos importantes, de aprendizaje y de paz,

Lo sé hijo, lo sé, necesitas seguir caminando, abriendo tu corazón a lo nuevo, la vida es aprender, y cada momento vivido tiene una lección por aprender, está en ti tomarla o dejarla pasar.

Hoy, el camino recorrido ha sido extenso, es un camino que seguro en algún momento lo recorrerás de vuelta, pero esta vez feliz, pues tendrás a una bella princesa que será tu compañera de vida, donde todo será felicidad y amor verdadero.

El Caminante al escuchar las palabras de su Dios, derramo un par de lagrimas, Dios sonrió, y le dijo.

Hijo he contado cada una de las lágrimas que has derramado, y por cada lágrima serás recompensado con la princesa más bella que en tus sueños hayas podido imaginar.

Pero hacia ya mucho que mis ojos habían parado de llover, dijo el caminante.

Hijo estas lagrimas ya no son más de dolor, son de esperanza por ver a tu amor verdadero, que te está esperando en algún lugar.

Dios seco las lagrimas del Caminante, y le dijo

Hijo sigo cada uno de tus pasos, mi presencia estará contigo siempre, cuidando cada paso que das, no lo olvides nunca, adelante, el camino aún es largo, y sin mas desapareció.

El caminante permaneció por unos segundos de pie junto a la chimenea donde se había prometido compartir una noche con su princesa.

Luego de algunos minutos de vivir lo que vendrá, el caminante regresó a la habitación donde tomo una ducha y luego descansó a la espera de Maria.

Maria había regresado a la aldea, donde se hacían los preparativos para la celebración del olvido, todos los habitantes colaboraban con los arreglos, Maria ayudó por unos momentos y luego se preparó para regresar por el caminante, le había prometido al finalizar la tarde pasar por el y que mejor ocasión para visitar la aldea que en la celebración del olvido.

El caminante ya se había preparado para la llegada de Maria, el descanso había sido reconfortante, pero las ansias de la llegada de Maria y de escuchar más sobre el olvido hacían que el caminante se impaciente.

La puerta había sonado, era Maria,

Hola querido amigo estoy de regreso, dijo Maria, como fue mi promesa, aquí estoy, quisiera invitarte a la celebración de la fiesta del olvido, la comunidad entera esta reunida en la aldea.

El caminante por unos segundos se sintió sorprendido, pues había hecho otro plan para la noche, había planificado recorrer el bosque que circundaba la casa y hablar sobre el olvido, pues solo esa idea rondaba su cabeza.

Pero luego de unos segundos de silencio aceptó.

Maria sonrió y dijo, querido amigo no te vas a arrepentir, será una linda noche, que te hará muy bien y te responderá muchas de tus preguntas, pero lo más importante, te regalara paz.

El y Maria, caminaban hacia la aldea, el cielo estrellado y una luna radiante cobijaban su andar, el caminante se sentía algo nervioso, pues no sabia con lo que se encontraría, todo esto era algo nuevo para el, pero su Dios le había dicho que cada momento vivido es una oportunidad para aprender, y seguro eso haría esta noche.

A los pocos minutos Maria y el caminante estaban en la aldea, donde la comunidad estaba celebrando la fiesta del olvido, ofrendaban sus tierras, sus alimentos en la celebración, pues lo hacían en agradecimiento a la paz que el olvido les había entregado a cada uno.

Era una celebración muy llamativa, con algo de pagano, todos eran amigos, todos sonreían y se felicitaban, Maria y el caminante habían llegado y pasaron a formar parte de la fiesta sin que nadie dijese nada, la fiesta continuó con los nuevos integrantes.

Todos eran personas muy felices y llenas de dicha y de amor.

La celebración era dirigida por un hombre vestido de blanco, quien se hacia llamar Basho, quien en un momento de la celebración pidió que todo pare y se unan de las manos.

Pidió que se arrodillasen y miren al cielo, todos juntos en una especie de ritual, procedió a pronunciar algunas frases que al parecer era una oración en un idioma extraño, la
Oración fue extensa pero luego de algún tiempo terminó, Basho estaba de pie y con sus manos elevadas hacia el cielo pidiendo más olvido y paz para todos.

Luego de la oración, que para el caminante había sido sorprendente, cedió la palabra a cada uno de los integrantes de la comunidad, quienes agradecían al Señor por haber olvidado algún recuerdo que a su corazón triste lo mantenía.

Era el turno de Maria y el siguiente del caminante, quien no podía estar más nervioso y ansioso.

Maria inicio con una oración.

Oh señor, tu que eres dueño de todo cuanto nos rodea y de nuestras vidas, tu que eres lo más grande, tu que nos has regalado la vida, para vivirla y hacer el bien, hoy estoy aquí un año más, pidiéndote que me regales tu perdón por lo malo que haya podido hacer para ti.

Oh señor, te agradezco por todo cuanto me has dado hasta el día de hoy, por lo bueno y por lo malo, por regalarme el aire para estar aquí con mis hermanos y decirte gracias un día más por ser nuestro padre creador que todo lo puede.

Gracias señor por regalarnos el olvido, por poder perdonar a quienes nos han hecho daño, gracias por regalarnos la paz y el amor en nuestros corazones, gracias por enseñarnos todos los dias que el odio no nos lleva a ningún lado, que debemos perdonar para poder seguir caminando, gracias padre por regalarme el olvido y mostrarme el camino a seguir.

El caminante estaba junto a Maria, quien estaba de rodillas como todos, pero una especie de aura la recubría, era algo mágico, el caminante nuevamente sintió en su corazón un pequeño dolor, era la segunda vez, pero el momento era tan especial que dejó pasar el dolor.

Era el turno del caminante, quien no sabia como iniciar, hubo un largo momento de silencio, donde nadie pronuncio una sola palabra.

El caminante empezó a llorar, y nadie hizo nada por consolarlo, Maria quería abrazarlo, pero sabía que no lo podía hacer,

Luego de unos segundos el caminante dejó de llorar y dijo.

Oh Señor, tu que has caminado junto a mi desde el primer día en que mi corazón fue destruido, conoces mis fortalezas y mis debilidades, sabes quien soy y quien no.

Señor, sabes que siempre he buscado el bien, sabes que en mi corazón no existe el lugar para el mal, hoy te pido perdón por los sentimientos malos de odio y rencor que tuve en estos últimos meses por quien me hizo daño.

Hoy, estoy conociendo el olvido, gracias a estar en este lugar maravilloso y gracias a Maria que sin saber, me ha ayudado y me ha regalado una de las lecciones más grandes que he podido aprender, el olvido es vivir en paz, es regalar nuestro perdón aunque no lo sea pedido por quien nos ha hecho daño, pero el perdón es entregarlo desde lo más profundo de nuestro corazón, para así sacar todo el daño que hayan podido causarle a nuestro corazón, solo así el perdón será verdadero y solo así en nuestra vida reinara la paz.

Gracias Padre por regalarme la dicha de estar aquí con toda esta gente que no me conoce pero que se que me aprecian y me respetan sin conocerme, gracias por regalarme la paz y la vida, gracias por regalarme esta oportunidad maravillosa de vivir para recorrer caminos en busca de la verdadera princesa que me espera para ser felices por la eternidad.

El caminante abrió sus ojos y sin poder verse, sintió que el aura que hace unos minutos recubría a Maria, ahora lo recubría tan bien a el.

Basho cedió la palabra al resto de las personas quienes agradecieron por el olvido y por regalarles una paz única y verdadera.

Así hablaron todos, y Basho volvió a orar para terminar con la ceremonia.

El caminante se sentía en un estado tal de relajación que no lo podía explicar, su corazón sentía diferente, el olor de las cosas era extraño como si nunca lo hubiera percibido, todo era de color, su vida era nueva.

Todos se levantaron y soltaron sus manos, algunos habitantes de la aldea se acercaron, y felicitaron al caminante por su oración, y sin preguntar nada le recordaban que debe permanecer fuerte, es fácil salir de este camino y dejar que su corazón se llene de odio o rencor, en la vida sufrimos de muchos golpes que nos dan amigos, familia y amores, y eso nos daña el corazón, pero si pides la dirección de nuestro maestro, seguro el perdón para aquellos que hacen daño, llegará antes que el odio llegue a tu corazón, ten presente que el perdón te regala paz y el odio tristeza.

Había terminado la ceremonia y con ella la noche también había llegado a su fin.

El caminante esperó ha que las personas se retiren a sus hogares y pidió hablar con Maria unos minutos a solas, Maria aceptó.


Maria quiero agradecerte por este momento tan mágico, dijo el caminante.

He aprendido que el perdón es algo mágico y divino, que solo si perdono de corazón podré vivir en paz, y podré caminar de verdad, y lo más importante si perdono de verdad mi corazón estará sano para entregarlo a mi princesa verdadera.

Maria, miró fijamente al caminante.

Amigo, el amor duele, no es felicidad siempre, los malos ratos te ayudan a crecer cuando aprendes de lo malo, cuando alguien quiere matar tu corazón no es alguien bueno, no es un amor verdadero, a esa persona solo otórgale el perdón y sigue caminando que un amor verdadero llegará.

Es hora de regresar dijo Maria, es tarde ya, mañana será un día nuevo y seguro algo nuevo nos traerá.

El Caminante asintió, pero antes de irnos dijo el caminante.

Quiero que sepas que nunca me imagine que en este camino iba a encontrar seres maravillosos como vos y lugares mágicos como el valle del olvido, gracias por estar en mi historia, y con un beso en su mano se despidió y regresó a su cabaña.



“El perdón es un sentimiento que solo aquellos que lo otorgan desde el corazón pueden saber cuando es real”

JALE

. Bookmark the permalink.

Our Blogger Templates Web Design

About This Blog

About This Blog

About This Blog